A la generación anterior a la mía les ocurrió con Dragones y Mazmorras o Los Caballeros del Zodiaco. Más tarde llegaron los Pagüer Rangers y La Bola de Dragón y supongo que a los de los Pokemon también les habrá pasado.
El caso es que hace unos días, haciendo una retrospección hacia mi infancia, recordé con cariño aquel libro verde de conocimiento del medio (una mezcla descafeinada entre ciencias naturales, geografía e historia para los de antes de la LOGSE) y entonces se me vino a la memoria una escena: todos los chicos de cuarto de primaria montábamos una revolución en las aulas indignados por aquello de que nuestros ojos eran testigos. Una fotografía de Goku, el protagonista de nuestra serie favorita, aparecía en una de las páginas del susodicho libro, junto a un alarmante texto acerca de la violencia televisiva.
Como han cambiado los tiempos desde entonces, y que suerte tienen los niños hoy en día de no estar sometidos al visionado de semejantes atrocidades. Gracias a dios, los medios de comunicación han acabado por concienciarse de lo inadecuados que resultan para la educación infantil ese tipo de programas.
Ahora, padres y educadores pueden descansar tranquilos. Dónde antes estaban los salvajes Pagüer Rangers y los malvados Pokemon hoy tienen infinidad de producciones de alto nivel moral y ético como son Sálvame, El Diario de Patricia, Gran Hermano o Física o Química. El horripilante prime time que antes volvía violentas y antisociales a las generaciones venideras ahora cuenta con los argumentos de autoridad de grandes filósofos como Belén Esteban, Lidia Lozano o Carmele Marchante liderados por el buen gusto que sólo puede imprimir un profesional de la talla de Jorge Javier Vázquez.
Por desgracia, los miembros del Bloj somos hijos del anterior sistema, el de los malos. Somos peligrosos, organizados y estamos deseando que los surfistas nazis vengan a por ellos. No descansaremos hasta ver el último capitulo de nuestras series de cabecera, aquel en el que Goku, el Amo del Calabozo, los Pokemon y los Pagüer Rangers se alían para asaltar la televisión pública y descuartizar salvajemente a todos los que están ahí dentro (los niñatos de Física o Química también).
Y por supuesto, no descansaremos hasta ver a Belén Esteban en aquel libro verde de conocimiento del medio, justo en el lugar dónde antes estaba nuestro querido Goku.